jueves, 19 de noviembre de 2009

Observatorios en el mundo y cómo surgió la idea de implantar uno en Venezuela

Es importante hacer notar que los antecedentes más antiguos e importantes en el mundo de organismos que trabajan de forma independiente son la National Science Foundation (NSF) en Estados Unidos de América, creada en el año 1950, y la Organización para la Cooperación del Desarrollo Económico (OCDE) en Europa, creada en el año 1961. El primer observatorio se creó en Francia en el año 1990, bajo la dirección de Rémi Barré. Posteriormente se creó el Observatorio de Prospectiva Tecnológica Industrial en España en el año 1997; el Observatorio de Ciencia y Tecnología en Portugal en el año 1999; el Observatorio de Ciencia y Tecnología en Canadá en el año (1999) y, en el año 1999, se creó el Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología. Este último sirvió como referencia cercana para el análisis del proyecto venezolano. Estas unidades se caracterizan por tener líneas de trabajo que crean un flujo de información muy importante con los actores de la red que se crea para que los datos circulen.

A principio del año 1999 se diseño un proyecto denominado Sistema Nacional de Información en Estadísticas e Indicadores (SINEI) (Conicit, 1999), el cual fue aprobado por el entonces presidente del Conicit, Juan José Montilla, pero no fue implantado debido a que el mismo fue nombrado Ministro de Industria y Comercio. Ese proyecto se apoyaba en las nuevas tecnologías de la información dirigido inicialmente a recolectar datos que pudieran traducirse en estadísticas e indicadores útiles para los actores del Sistema Nacional de Innovación que se pretende implantar en Venezuela y, que a su vez, ayudaran a sustentar cuantitativa y cualitativamente el trabajo que debía realizarse desde una dependencia de política de un ONCyT, además de potenciar el trabajo del resto de los actores.

El riesgo de sobredimensionar la propuesta, de pedir resultados imposibles de obtener sin crear las vías para ello o prematuramente, puede dañar severamente las buenas intenciones del esfuerzo. Los pasos y el tiempo necesario para implantar este tipo de unidades está estudiado y medido en otros países, incluso en condiciones similares a las de Venezuela. Por ello, el simple hecho de pensar que en pocos años el país pudiera contar con un sistema de información coherente y funcionando en materia de C-T-I, valdría la pena verlo como un proyecto de capital de riesgo. Otro elemento que debe considerarse con extremo cuidado es el de la conformación del equipo técnico que integre una unidad de esta naturaleza. Por ejemplo, el Observatorio francés cuenta con personal de quinto nivel en cada línea de trabajo, pero lo más relevante del caso es que a pesar de su nivel académico tuvieron que entrenarse y especializarse en sus ámbitos específicos y, además, se mantienen publicando permanentemente en sus líneas respectivas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario